Influencia de la tecnología en la creación de nuevos sectores económicos

El cambio tecnológico ha sido, hasta hoy, clave en el desarrollo económico y social de la especie humana. A pesar de ello, la revolución tecnológica que estamos viviendo, con la inteligencia artificial (IA) nos genera ciertos recelos que pueden deberse a la nueva naturaleza de las tecnologías del futuro y a los posibles efectos disruptivos que pueden tener sobre nuestra economía y nuestra sociedad.

¿Qué es la inteligencia artificial?

Según Brookings, «la IA son máquinas que responden a la estimulación de la misma manera que harían los humanos, dada la capacidad humana de contemplación, juicio e intención».

La IA es un sistema de software que refleja la inteligencia humana. Más concretamente, Brookings habla de sus tres cualidades esenciales: la intencionalidad, la inteligencia y la capacidad de adaptación.

Efectos de la tecnología en la economía

Es bien sabido que el progreso tecnológico es clave para estimular el crecimiento de la productividad y, por tanto, el crecimiento económico.

El progreso tecnológico puede suponer «desempleo tecnológico» debido a la sustitución de trabajadores por máquinas.

Los avances tecnológicos amplían nuestras capacidades de producción, por lo que traen consigo la creación de nuevos puestos de trabajo.

En la actual era tecnológica, los expertos han puesto el foco en cuatro vías a través de las que las nuevas tecnologías pueden afectar al entorno económico:

  1. Desempleo tecnológico. La automatización ha sido, es y será un claro sustituto a numerosos puestos de trabajo, lo cual comporta destrucción de empleo en ciertos sectores y ocupaciones. Sin embargo, los puestos de trabajo se componen de múltiples tareas y solo algunas de ellas son susceptibles de automatización por lo que el porcentaje de puestos de trabajo en riesgo de ser reemplazados por la automatización bajaría.
  2. Productividad. Hay puestos de trabajo en los que la automatización complementa al trabajador. En estos casos, de hecho, las máquinas incrementan la productividad de los trabajadores.
  3. Nuevos productos-nuevos empleos. La IA también permite mejorar la calidad de los bienes y servicios existentes, así como la aparición de nuevos productos. De nuevo, se trata de un efecto que actúa de forma positiva sobre el empleo, en contraste con el llamado «desempleo tecnológico». La producción de estos nuevos bienes y servicios estará ligada a la creación de nuevos puestos de trabajo. Pero también pueden estar vinculados a nuevas necesidades o modelos de negocio que pueden surgir gracias a las nuevas tecnologías.
  4. Superempresas-competencia. Por último, la tecnología digital favorece las economías de red y, por tanto, la aparición de superempresas con claros efectos potencialmente negativos sobre el grado de competencia de las empresas locales.

En definitiva, es difícil predecir el camino que tomará la IA en el futuro: las máquinas del mañana pueden ayudarnos amplificando nuestras capacidades y favoreciendo la aparición de nuevos bienes y servicios a la vez que nos suplantan completamente en algunas de nuestras tareas. En todo caso, lo que está claro es que la tecnología será un actor fundamental en nuestro entorno económico y social, con un potencial disruptivo relevante, lo cual exige unas instituciones preparadas que favorezcan el desarrollo tecnológico sin olvidar que las máquinas han de seguir estando siempre al servicio de las personas.